El chupo de mi bebé: Una salvación o un problema?
El chupo; amado por muchas mamás, odiado por otras.
Que tu bebé use o no chupo es un tema tan discutido, que ya entra en la misma categoría de la política o el futbol.
Encontrarse en la mitad de una discusión entre una mamá pro-chupo y una anti-chupo puede ser entretenido y algunas veces peligroso.
Por eso he optado por no defender ninguno de los dos bandos. Seguramente hay pediatras que lo recomiendan y otros que te llevarán a la hoguera si ven a tu bebé con un chupo en la boca.
Sin embargo, hubo una ocasión en la cual no pude ser tan neutral. En algún momento de mi vida tuve que asumir una posición: Chupo o no chupo para mi bebé, Isabel.
Cuando ella nació, después de haber leído varios libros y escuchado suficientes teorías, me decidí por no darle chupo a mi chiquitica. La quería tener cerca de mí y que su mamá (yo) fuera su única fuente de alimentación y entretenimiento. Estaba decidida a crear un vínculo mágico.
Ese vínculo estaba siendo todo lo que había soñado. Hasta que llegue a una visita con el pediatra.
Apenas entramos al consultorio, y el pediatra vió a la niña, saltó de su silla (el pediatra) y nos dijo que la bebé tenía ictericia, Isabel estaba amarilla. Lo que vino después fue caos: urgencias, deshidratación y por último, neonatos.
Yo, su mamá y quien estaba empecinada en que mi bebé no vería ni un tetero ni un chupo, no estaba generando la suficiente leche materna para alimentar a mi hija. Por eso, en su cuarto día, mi bebé ya había probado su primer tetero.
No solo le salvó la vida, ella lo amó.
Un par de semanas después, otro episodio, menos grave pero igual de inquietante. La bebé no paraba de llorar.
Como buena mamá primeriza, decidí acudir a las “expertas”. Mi mamá, mis tías y algunas amigas. Todas tenían hipótesis y trucos diferentes: Los ensayé todos, desde oraciones a santos que no sabía que existían hasta cargarla con la mano izquierda, todo. Nada funcionaba.
Ya cansada, y sabiendo que la niña no tenía nada grave, pero tampoco se quería calmar, saqué un chupo, lo esterilicé y se lo dí. Silencio en mi casa, Isa estaba tranquila y su estresada mamá también.
Después de eso me decían algunas que la niña iba a depender del chupo por siempre. Yo me la imaginaba en su primer día de universidad, con su chupo bien puesto.
No fue así, en el mes 10, con una gripa incontrolable, la bebé no quería saber nada de nada. Ni comida, ni mamá ni chupo. Nunca más se lo volví a dar, nunca más lo volvió a pedir.
Cada mamá tiene sus propias experiencias con el chupo, algunas positivas, otras no tanto. En mi caso fue de gran ayuda.
También existen muchos mitos. El chupo no es la salvación mágica para todos los problemas de una mamá pero tampoco es el demonio que llevará problemas graves al desarrollo de tu bebé.
Como siempre, lo mejor es preguntar a tu pediatra, probar que funciona mejor con cada bebé y sobre todo, disfrutar de esa etapa tan mágica con nuestros angelitos.
Si me ayuda. Pero ultimamente dormia poco y se levantaba buscándolo. A alguien mas le ha pasado?
A mi bebé no le gustó el chupo,ni tetero Sólo quiso su teta. Consideró que cada niñ@ es diferente y cómo madres y padres acompañarlos y observar su desarrollo y si algo está afectando este atenderle ya que el que sufre es nuestro bebe
Inicialmente estaba en contra del chupo, pero me ha ayudado bastante para organizar sus rutinas de siestas en el día, apenas se duerme se lo quito.
A nosotros el chupo nos a ayudado, ya que nuestro bebé no es apegado al chupo lo tienen rato y lo bota
No lo pide a cada rato. También me pasó lo mismo con el que no producía mucha leche y quedaba con hambre y me tocó darle tetero y mi hijo no está traumatizado.
Estas en lo cierto, tiene beneficios y contras…pero a mi también me funciona, por q mi bb también quiere tener algo en la boca (y no tiene hambre ni gases) y así se tranquiliza. Toca es tener una buena higiene y esterilizarlos a diario (recomendación de la doctora)